En toda la extensión de esta cordillera, se albergan bosques montanos y pajonales de jalca, responsables de que las poblaciones locales puedan contar con el recurso hídrico para el desarrollo de sus actividades domésticas y productivas. Los bosques montanos y pajonales se encuentran en la parte alta de la cordillera, donde se puede observar un paisaje denso y siempre verde, cubierto de una gran neblina; encontrándose un alto potencial de especies de fauna y flora silvestre.
Debido a la importancia de este tipo de ecosistema, la Asociación Peruana para la Conservación de la Naturaleza (APECO) ha priorizado su intervención en la Cordillera de Colán, a fin de proteger y asegurar los servicios ecosistémicos que brindan; tal es así que, desde 1997, ha impulsado el establecimiento de dos áreas naturales protegidas por el Estado peruano (ANP) y un área de conservación privada.
Hoy en día, ya se cuentan con dos ANP, como es el Santuario Nacional Cordillera de Colán y Reserva Comunal Chayu Nain y dos áreas de conservación privadas, el ACP Copallín, de propiedad de la Comunidad Campesina de Copallín, y el ACP Pampa del Burro, propiedad de la Comunidad Campesina de Yambrasbamba, sumando 77 mil 137 hectáreas en estado de conservación. Gracias a los bosques montanos y pajonales de jalca, se logra la captura del agua de la neblina y de lluvia, su infiltración y almacenamiento en el suelo, para redistribuirlo a los ríos en tiempos de escasez; sin la existencia de estos ecosistemas, el agua de la neblina y lluvia no podría ser aprovechado por la población, ocasionando problemas de escasez de agua e, incluso, sequías.
Otra característica importante de los bosques de neblina es la prevención de la erosión y la captura de carbono, controlando la emisión de gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global. Actualmente, APECO viene apoyando a la Asociación Chorrera Blanca, del distrito de Aramango, en el establecimiento de una Conceción para Conservación denominada “Cerro El Adobe”, con una propuesta de extensión de más de 10 mil hectáreas, con lo que se contribuiría a conservar estos ecosistemas y la biodiversidad existente en la Cordillera de Colán.
Si bien los bosques, pajonales, flora y fauna silvestre son recursos importantes para la conservación, aún falta mucho por hacer a fin de asegurar un desarrollo sostenible con miras a las generaciones futuras, ordenando las actividades productivas que no dañen el medioambiente y contribuyan a la calidad de vida de las poblaciones locales.
Lima, 23 de agosto de 2016.
Apeco.